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30 de octubre de 2011

No seas ignorante, sé torpe, sé fuerte, crece, pero para dentro.

Abusa de la fiesta hasta que se te reviente el vestido, haz el amor todos los días, de domingo a domingo, quiere a la gente buena y a la mala mírala pero de lejos, no te canses nunca de perseguir lo que más quieres, nos seas ni rencoroso ni liante, abusa de toda la diversión que te ofrece, sonríe a los días negros, a los rosas y a los de mucho calor. Ve lo más lejos posible, encuentra al amor de tu vida, conoce a algún cabrón, piensa antes de actuar, no seas ignorante, sé torpe, sé fuerte, crece, pero para dentro.





23 de octubre de 2011

En la vida todos tenemos un secreto inconfesable, un arrepentimiento irreversible, un sueño inalcanzable y un amor inolvidable.



6 de octubre de 2011

Eres como el cielo.

-Eres como el cielo.


Yo lo miré con cara de extrañada y antes que pudiera preguntar por qué, él me dio la respuesta:


-Al igual que el cielo, tienes días en los que estás brillante, lo noto porque traes una sonrisa en la cara y tratas a todo el mundo con amabilidad y simpatía. Pero al igual que el cielo, tienes días apagados, nublados. Se te nota cuando vienes con cara triste, arrastrando los pies como si estuvieras cansada de luchar. Y hay otros días, en los que el cielo estalla en una tormenta, hay otros días en los que estás tan enfadada que prefiero no acercarme a verte. El equivalente a no salir porque te mojarás, ¿sabes? Y por último...
-¿Y por último qué?


Me miró directo a los ojos y sonrió:


-¿Sabes de aquellas personas que se tumban en el césped a mirar las nubes? ¿Y que se pueden pasar
así horas? Pues lo mismo me ocurre a mí contigo. Podría estar observandote durante horas y no me cansaría nunca.



2 de octubre de 2011

Pequeños grandes momentos de felicidad.

La vida nos tiene reservado pequeños grandes momentos de felicidad. Van con la personalidad, y no siempre son reconocibles, depende de nuestro estado de ánimo. Para algunos, el papel de las fotocopias cuando aún está caliente o encontrarse dinero en los bolsillos de la ropa que llevabas tiempo sin ponerte es algo habitual, para otros, un pequeño placer. Despertarte de madrugada y ver que quedan horas para que te despiertes, o la última frase de un libro, o incluso un "I love you" mal pronunciado son ejemplos de momentos de felicidad que nos ayudan a evadirnos de la rutina y a sentirnos más a gusto por dentro.