Un vicio

-Estoy dejando de fumar.
-¿Qué dices? Si tú no fumas.
-Vale, no fumo, pero tengo un vicio. Un vicio del que me cuesta mucho desengancharme, del que cuando digo no voy a volver a probarlo pienso: "Una caladita más", y vuelta a empezar. Que necesito parches para poder aguantar todo el día, que las noches sin ÉL son más tristes, que cojo el cigarro y lo dejo, y lo vuelvo a coger, y lo vuelvo a dejar.. Que una semana quiero dejar de fumar y a la siguiente no, un vicio en toda regla, vamos.
-¿Le estás comparando con fumar?
-¿Tanto se me nota?

When you're gone

Estamos hechos el uno para el otro,

yo estoy aquí para siempre

Me he encaprichado de ti.

Estoy completamente encaprichada por ti. Creo que esto no es un típico lío amoroso de una quinceañera que comienza con consejitos de la Super Pop y SMS hasta las tantas. Es más, creo que podría dar cualquier cosa por ti, desde mi blusa favorita hasta mi teléfono móvil; creo que podría hacer cualquier cosa por ti, desde tratar de conseguir la paz mundial y quitarle el puesto de presidente de los Estados Unidos a Obama a tratar de descubrir una vacuna contra todas las enfermedades que sufren los humanos. Creo que desde que tú llegaste la oscuridad tiene más claridad y ni con las persianas bajadas del todo puedo verlo todo negro. Creo que esto durará más que una pila de Duracel, que contigo el tiempo pasará más rápido que un coche de Fórmula 1. Creo que soy inmadura porque me gusta aprender de ti. Pero todavía creo aún más que no podría separarme de ti, ni aunque me dijeses que te has cansado de mi.

Algún día.

Era como en una de esas escenas de un película antigua, en la que el marinero ve a la chica al otro lado de la pista de baile, se vuelve hacia su colega y le dice:

-Algún día me casaré con ella.

Destino.

Muchas veces pienso que las cosas pasan por alguna razón. ¿Dónde termina el destino y dónde empiezan nuestras propias decisiones? ¿Creo en el destino? Todo es muy relativo. Una parte de mi si cree, pero la otra se niega a creer que mi vida está decidida. Lo difícil es saber encontrar la medida justa y conseguir que estas dos partes de mi se llevan bien. Saber que yo domino mi vida y que debo luchar por lo que quiero, pero también se que sin querer, una cosa lleva a la otra y esto está fuera del alcance de mi mano. Seguir viviendo día  día tomando mis propias decisiones y dejarle el resto al universo.

Vuelve verano...